Los juegos del hambre I, Suzanne Collins
¡Que empiecen los septuagésimo cuartos juegos del hambre!
Muchos ya habréis visto la película, pues
bien, os puedo decir que el libro le da mil vueltas a la puesta en escena, así
que os aconsejo, que antes de ver la segunda parte en el cine, os leáis esta
trilogía.
Nos situamos en un futuro en el que el
mundo no es cómo lo conocemos, todo ha cambiado y Norteamérica,
ahora llamada Panem, se distribuye en 13 distritos controlados por
el Capitolio que, a diferencia del resto de distritos, se
caracteriza por sus riquezas y sus extravagancias.
Hartos de esta distinción de clases, la población se une y se libra una batalla
contra el Capitolio, que resulta ser un auténtico fracaso. Los
gobernantes deciden que esto no puede volver a suceder y, para que todo el
mundo recuerde que los Días Oscuros no deben repetirse jamás, se crean
"Los Juegos del Hambre", una competición sangrienta y cruel donde se
escogen un chico y una chica de cada distrito, elegidos totalmente al azar, que
deben luchar a muerte, sin ningún tipo de normas. Solo puede quedar uno y el
que gane tendrá fama y riquezas, algo muy tentador cuando ni siquiera hay
suficiente comida para todo Panem.
Han pasado setenta y cuatro años y Katniss,
una chica rebelde de 16 años, se ofrece voluntaria para estos curiosos
"juegos olímpicos", con el propósito de salvar a su hermana pequeña,
que ha salido elegida. Peeta Mellark también es escogido para entrar en la arena y
juntos comenzarán esta aventura. No os cuento más sobre la trama por si os
animáis a empezar a leer.
Personalmente, esta trilogía me erizó la piel en más de una
ocasión. Precisamente, fue Alba la que me regaló el primer libro y tuve que
comprar los otros dos esa misma semana porque no podía parar de leer. Te
mantiene alerta en todo momento y no sabes por dónde te vendrán los tiros.
Además, toca temas tan controvertidos como el hambre, la pobreza extrema, las
guerras y, sobre todo, la desigualdad entre una clase demasiado alta y otra en
la que la supervivencia es el pan de cada día.
Por otro lado, y esto ya si que va a
gustos, las muertes están descritas de manera tan realista que parece que estás
en la arena con Katniss y todo lo que le pasa a ella lo viví con tal
intensidad que hasta soñaba con los escenarios. Es más, me removió el cuerpo y
el alma de tal manera que surgió mi espíritu revolucionario durante semanas y
aún, cuando me acuerdo, me vuelven a entrar esas "chispitas" en la boca del estómago que me invitan a luchar
contra las injusticias. Este sentimiento se crece cuando lees la segunda y la
tercera parte, de las cuales os hablaré más hacia delante.
Solo me queda deciros, que me están
entrando ganas de volver a leérmela, así que voy a ello. ¿Os animáis?
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